El Camarín de la Iglesia Parroquial de San Andrés

 

EL CAMARÍN DEL SANTO CRISTO DE LA LUZ DE FONDÓN

 

El templo parroquial de San Andrés de Fondón comenzó a construirse en 1549, y para 1558 parece que ya estaba terminado. Se trata de un edificio mudéjar de tres naves con capilla mayor diferenciada. Sin embargo, su aspecto actual es fruto de las reformas barrocas de la segunda mitad del siglo XVIII, entre las que se encuentra el camarín del Santo Cristo de la Luz

Es una muestra del desarrollo económico y social que experimenta la población durante el siglo XVIII, fruto de la acumulación de rentas agrarias, y supone un hito en la historia de la devoción del Cristo de la Luz en Fondón, que ya era muy importante, y que sirvió para que ésta lo fuera todavía más con posterioridad.

El camarín se levanta sobre un pasadizo, adosado a la cabecera del templo, y dividido en tres espacios. Los laterales son de planta rectangular y presentan bóveda de medio cañón con lunetos, que apoya en arcos ciegos de medio punto en los lados menores. El espacio central, abierto a la capilla mayor con un arco de medio punto, es de planta cuadrada, y está articulado en altura mediante pilastras en los ángulos que acaban en una cornisa. Sobre las pilastras descargan arcos de medio punto, y se cubre con una cúpula sobre pechinas y tambor, y rematada con una linterna. Esta división de la planta en tres espacios podemos entenderla como una simplificación económica de otros camarines más complejos, aunque tampoco faltan modelos que siguen esta misma distribución. Al camarín se accede por una escalera que comunica por el lado del evangelio, con la antigua sacristía, en los bajos de la torre. La iluminación se hace a través de la linterna, los cuatro óculos de la cúpula y las dos ventanas y la puerta en los laterales; ignoramos si en el espacio central y tras la imagen existió otro ventanal, ya que actualmente hay una edificación adosada con posterioridad a la construcción del camarín.

Exteriormente sobresale por encima de la nave principal de la iglesia, por lo que podemos considerarlo del tipo camarín-torre, y presenta una decoración con revestimiento de ladrillos y sillares fingidos.

Su interior se encuentra decorado con pinturas murales: cúpula, tambor, pechinas y paredes, combinándose motivos figurativos con otros meramente decorativos.

En la cúpula, con la técnica al óleo, se representa la bóveda celeste. Destaca la Santísima Trinidad: el Padre Eterno, anciano vestido de blanco, sostiene el desnudo cuerpo de Cristo; sobre ellos, el Espíritu Santo en forma de paloma. Esta iconografía recuerda el tema de Cristo mediador entre Dios y los hombres, que ofrece al Padre su Pasión. También aparece en lugar principal la Asunción de la Virgen. Estas dos escenas están rodeadas de ángeles mancebos en adoración. No faltan angelillos rodeados de nubes ni querubines. Opuestos a la Santísima Trinidad aparecen más ángeles mancebos portando atributos de la Pasión.

En el tambor las pinturas representan imitaciones de mármoles verdes y guirnaldas doradas.

En las pechinas, las pinturas, relacionadas temáticamente con las de la cúpula, muestran angelillos con los símbolos del martirio de Cristo.

El resto de decoración pictórica es una imitación de mármoles verdes, blancos, rojos, azules y ocres, dibujando formas geométricas que potencian la arquitectura, con una técnica al temple y mixta temple-óleo. Además sobre cada abertura del camarín se coloca una decoración de cortinajes.

Aparte de esta decoración mural, existieron hasta que fueron destruidas en la Guerra Civil, pinturas de caballete cubriendo completamente las paredes, y cuya temática representaba pasajes de la Pasión, Resurrección y Ascensión de Cristo, los cuatro Evangelistas, y la Fe, entre otros.

El camarín se construyó a instancias de los vecinos y de los cabildos eclesiástico y municipal. La obra arquitectónica, iniciada en 1760, se puede atribuir al maestro mayor de obras de fábrica de las iglesias parroquiales del arzobispado de Granada, Juan José Fernández Bravo. En cuanto a la autoría de las pinturas, realizadas entre 1778 y 1779, se sabe que su autor fue Diego Sánchez Sarabia, siendo ésta su última obra, ya que falleció en Fondón mientras terminaba su trabajo.

Como paralelismos podemos señalar, en cuanto a la arquitectura el camarín de la ermita de la Virgen de Gádor, en Berja, y para las pinturas, la basílica de San Juan de Dios de Granada.

 

JOAQUÍN GAONA VILLEGAS

Marzo 2007

 

Publicado en "El Barroco en Andalucía. Jornadas Europeas de Patrimonio 2007". Editado por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, octubre 2007.

 

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