El Molino Calores

 
 

MEMORIA HISTÓRICA DEL MOLINO

DEL CAPITÁN SOTOMAYOR,

ALTO, DE RAFAEL GODOY,

 DE JUAN CALORES

 

Joaquín Gaona Villegas

18 de septiembre de 2002

 

En la margen izquierda del río Andarax y muy cerca de él, al pié de Sierra Nevada, en la Acequia del Molino Alto, se encuentra este molino conocido hoy como de Juan Calores.

Su historia se remonta al menos al siglo XVI, a época morisca. En la primavera de 1572 era uno de los 4 molinos, todos propiedad de moriscos, que los apeadores Gabriel de Castro, Alonso Escalona, Juan Bravo y Cristóbal Bravo informan al Licenciado Alonso de Frías, Alcalde Mayor de La Alpujarra, que existían en Fondón. Dos se encontraban hundidos y otro en pié, pero sin maquinaria para funcionar. Este que nos ocupa era el único en funcionamiento cuando llegaron los repobladores en el verano de 1572, y muy pronto aparece en la documentación como propiedad del Capitán Antonio de Sotomayor, de quien tomó su nombre, principal propietario tras la Repoblación. No deja de ser extraño, ya que los molinos eran parte de las regalías que la corona se reservó para sí, por su importancia, aunque luego, en 1588, los traspasara a los concejos como bienes de propios. Con el abandono de la población de Sotomayor, probablemente se hizo efectivo el traspaso al concejo.

Un solo molino debió ser insuficiente para la nueva población, pues a comienzos del siglo XVII ya existía otro, el conocido actualmente como de la Umbría o del Vado. Entonces se denominaban Alto, el que nos ocupa, y Bajo, el actual de la Umbría.

En 1618 el concejo de Fondón arrienda ambos molinos, como bienes de propios, a Juan Jiménez, maestro molinero, durante 4 años por un total de 12 ducados.

El mantenimiento de estos edificios era caro y difícil, y muchos fueron pasando a manos privadas con el consentimiento de los concejos, que se desentendían de ellos.

Así debió pasar con este molino. A mediados del siglo XVII ambos molinos formaban parte de los bienes que el beneficiado de Presidio de Andarax (actual Fuente Victoria)  Don Pedro Fernández de Mayor, aporta para la fundación de una capellanía, en la que se mantuvo hasta el siglo XIX.

 De  1704 son las siguientes noticias conocidas. El patrono de la capellanía, Don Andrés de Palomares, contrata al cantero Lorenzo Valverde, vecino de Fondón, para arreglar el Molino Alto.

En el Catastro de Ensenada, en 1752, aparece como parte del patronato que goza Don José López de Mayor, presbítero vecino de Laujar. Se nos informa además que es de una parada, está pertrechado y corriente y por 2/3 partes de sus maquilas, anualmente renta 533 reales y 11 maravedíes.

Curiosamente, entre los bienes de propios de Fondón, también se hace mención a los dos molinos, de los que cobraba sus censos. Con seguridad, es reflejo del famoso “Pleito de los molinos” que por aquellos años estaba abierto y que hizo revisar la situación jurídica de estas instalaciones en La Alpujarra, ante los excesos cometidos en su privatización.

A partir de la segunda mitad del siglo XVIII se produce un auge molinero: llegó a haber en Fondón hasta siete de estos ingenios hidráulicos, y otros proyectos que no llegaron a construirse. Hay un importante cambio tecnológico que permite aprovechar menores caudales de agua, y las antiguas instalaciones adosan un segundo cubo que diferencia la molturación de los piensos de la del trigo. También fue en esta época cuando se amplían al adosarle corral y habitación de residencia.

Todos estos cambios podemos observarlos también en el molino que estudiamos. En el arrendamiento que en 1827 hace Gabriel Valero, vecino de Fondón, de los dos molinos del patronato que por entonces poseía Don José Murillo y López de Mayor, presbítero vecino de Paterna del Río, nos aparece ya con dos piedras, una basta y otra blanca, siendo esta última de Valero, quien paga también por el espacio que ocupa su piedra.

            En 1848, el presbítero Don Bernardo Morales, vecino de Laujar, como uno de los herederos de Don José Murillo, vende su mitad del molino a Don Francisco Godoy del Moral, vecino de Fondón. Empezó a formar parte del patrimonio de la familia Godoy, quien lo poseyó hasta finales del siglo XX, que pasa a sus propietarios actuales.

            Dejó de moler en 1977.

 

            En una publicación del Instituto de Estudios Almerienses podemos leer en la página 114:          

            “De todos los que actualmente se conocen en Fondón es, con mucha diferencia, el que mejor estado de conservación presenta, dado que, en el momento de la visita de campo aún era habitado de manera regular. Esta circunstancia, junto con la cercanía del camping a la orilla fluvial, la proximidad del núcleo urbano de Fondón y la facilidad de acceso a pié o en vehículo, nos inclinan a recomendar la conveniencia de su conservación, a través del apoyo económico a sus propietarios que les permita mantener y rehabilitar el edificio y los elementos fundamentales del molino, estableciendo demostraciones prácticas y horario de visitas concertadas y reguladas, de cara al incipiente turismo rural de la zona de la Alpujarra almeriense y con fines didáctico-recreativos.”

 

Lorenzo Cara, José L. García, José D. Lentisco, Domingo Ortiz

Los Molinos Hidráulicos Tradicionales de La Alpujarra (Almería)

Almería 1999

 

 

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